Ganar a toda costa by Elsie Silver

autor:Elsie Silver [Elsie Silver]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Fiction, Contemporary, Romántica
editor: Ediciones PAMIES
publicado: 2023-08-27T22:00:00+00:00

18

Vaughn

Entrar y ver a Billie sollozando en el hombro del caballo ha sido como un puñetazo en el estómago. Hank me ha comentado que no estaba en su mejor momento, pero no me ha dicho que se estuviera desmoronando. Ver a alguien tan fuerte como Billie derrumbarse y disculparse ante el caballo entre sollozos por algo de lo que yo soy responsable en última instancia casi ha podido conmigo.

Siento culpa y un dolor profundo en mi pecho por la pena que percibo en su voz. Sabía que era más sensible de lo que parecía, pero esto… Esta escena me rompe el corazón.

Sí, esto duele.

Se aferra a mí, apoya la cabeza en mi hombro y solloza. Y yo la sostengo tan firmemente como puedo sin hacerle daño, intentando librarla de su angustia para cargar yo con ella porque soy quien merece sentirse culpable. Le acaricio el cabello castaño alborotado y sus sollozos se calman. Miro a DD, que permanece quieto detrás de ella. Parece cansado, ha cerrado los ojos y dormita un poco. Es como si hubiera estado esperando a que llegara alguien y se ocupara de ella.

No soy un tipo demasiado espiritual ni estoy en sintonía con ninguna mierda tipo New Age, pero incluso yo tengo que admitir que hay una conexión especial entre Billie y DD. Una conexión que no se ve muy a menudo, solo en los libros y las películas.

Como en Black Beauty.

Siento una envidia infantil. ¿Cómo sería que una mujer como Billie te quisiera, confiara y creyera en ti? Para DD ha sido sanador.

—Gracias —susurra contra mi camisa, y me estrecha en sus brazos hundiendo aún más la cabeza en mi bíceps. Como si intentara esconderse allí o algo por el estilo. Conociendo a Billie, probablemente sea así.

—No me las des —respondo con suavidad, apoyando la cara en su suave pelo.

—Pensarás que estoy loca. No debería llorar tanto por un caballo.

—La verdad es que creo que estás loca —le digo con tono inexpresivo; ella se ríe y me da un fuerte codazo en las costillas—. Billie, hay gente que celebra el Día de la Madre porque son las mamás de un perro. Eso es estar un poco loco; llorar por un caballo enfermo al que quieres no. —Hago una pausa, intentando decidir si quiero decir en voz alta lo culpable que me siento. Me equivoqué al ignorar sus advertencias de buscar al jinete adecuado, y no me gusta.

—No juzgues a las mamás de perros, imbécil. Yo planeo serlo algún día.

Me río sin ganas. Está intentando reconducir con humor una situación que, de otro modo, sería incómoda. Se esconde detrás del humor, pero se siente vulnerable.

—No puedes machacarte tanto, he sido yo quien lo jodió todo. Lo siento. Os decepcioné a ti y a DD, y ambos os merecíais algo mejor.

—Guau…

—¿Esa es tu respuesta? ¿Guau?

Suelta una carcajada.

—Sí. Guau. Sí que te ha debido de costar decir eso.

Le rozo la coronilla al negar con la cabeza.

—¿Ves? Estás loca.

—Gracias, Vaughn.

—Hay un sándwich y una botella de agua de coco en el banco.

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